La menopausia es la ausencia total de la menstruación causada por la disminución severa de estrógenos y desaparición de los folículos en el ovario.
Esta disminución de estrógenos se manifesta en diferentes sistemas. Por una parte, en el sistema vascular, que causa, por ejemplo, las sofocaciones. Por otra parte, en el sistema cardiovascular, donde se producen síntomas como pérdida de elasticidad de la piel o irritación. Por último, en el sistema óseo, ya que la disminución del contenido de mineral óseo puede provocar osteoporosis y fracturas. Además, indirectamente también causa trastornos psicológicos: depresión, angustia, irritabilidad y pérdida de autoestima.
Para combatir estos síntomas existen varias terapias; por ejemplo, la administración de neurotransmisores del tipo adrenalina y noradrenalina, que reduce los efectos de estos. Pero nos centraremos en la terapia de reemplazo estrogénico (TRE), la cual se basa en la suministración de estrógenos para que actúen en el perfil lipídico. A partir de esta actuación, se produce un efecto protector sobre la incidencia de enfermedad cardiovascular (presión arterial, arterias coronarias...), a nivel cerebral y, además, sobre el aspecto psicológico. La relación entre el momento de la llegada de la menopausia y de la iniciación de la terapia es importante dado que, si no se comienza a tiempo, resulta imposible la recuperación de masa ósea. Finalmente, para la TRE es necesario preescribir progestágenos a las pacientes; de lo contrario, se favorece la aparición de carcinoma de endometrio y de seno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario